¿Qué hace a un vino Crianza, Reserva o Gran Reserva?

Sin duda, en el mundo del vino, aquel factor fundamental que hará que un vino se convierta en un vino Reserva o un vino Gran Reserva será el condicionante del tiempo. La clasificación de los vinos obedece especialmente al tiempo de envejecimiento que le han dado en la bodega y a pesar de que esta clasificación no es universal, si hay parámetros que podemos estipular como estándares.

Antes de comprar un vino Reserva o Gran Reserva online hay que tener clara cuál es la diferencia y por qué no todos los vinos se clasifican igual.

Lo primero que es necesario aclarar es que la clasificación de vinos Reserva o Gran Reserva está vinculada solo a los productos con Denominación de Origen Protegida. Sin embargo, muchas bodegas renuncian a etiquetar los vinos según marca la ley y se guían por los tiempos que necesita el vino.

Esta nomenclatura vino Gran reserva se ha extendido a otros vinos con otras Denominaciones de Calidad, es decir, otros productos avalados y garantizados por sus propios consejos reguladores. Este es el caso de Verum que se acoge a la Indicación Geográfica Protegida (IGP) que garantiza su vínculo con la zona geográfica a la que se adscribe, a Vino de la Tierra de Castilla.

Cada Denominación de Calidad establece los tiempos mínimos de estancia en barrica de los vinos que quieran acogerse a ella. Es decir, no hay una fórmula exacta que permita categorizar los vinos como Crianza, Reserva o vinos Gran Reserva. Sin embargo, en la Ley de la Viña y del Vino de 2003 se establecen los siguientes plazos para los vinos de calidad producidos en regiones determinadas, los conocidos como «vinos de la tierra».

Se consideran vinos tintos Crianza, a los tintos con un período mínimo de envejecimiento de 24 meses (al menos seis en barrica). Los vinos Crianza blancos y rosados han envejecido al menos 18 meses también con un mínimo de seis en barricas de madera.

Un vino tinto de Reserva es necesario que haya pasado un período mínimo de envejecimiento de 36 meses, al menos 12 de ellos en barricas.  Los vinos Reserva blancos y rosados exigen un período mínimo de envejecimiento de 24 meses, y al menos seis en barricas de roble y en botella el resto del tiempo.

Por último, se consideran vinos Gran reserva a los que tienen un envejecimiento mínimo de 60 meses y un mínimo de 18 en barricas. En el caso de los vinos blancos y rosados Gran Reserva el mínimo de envejecimiento será de 48 meses con al menos seis en barricas.

La ley también establece otra clasificación general para los vinos que tienen otras Denominaciones de Calidad que no hacen distinción entre vinos tintos, blancos o rosados, como el caso de Verum. En primer lugar, los vinos Nobles son aquellos con un período mínimo de envejecimiento de 18 meses entre barrica y botella. Por ejemplo, nuestro tempranillo Verum V Reserva Familiar se somete a una larga crianza de 18 meses en barricas francesas.

Según la ley y aunque muchos expertos no se sienten cómodos con el término, se denominan vinos Añejos los que pasan un mínimo de 24 meses en bodega. Si te gustan los tintos con un mayor tiempo de maduración, te recomendamos probar nuestro Merlot Vendimia Seleccionada que reposa dos años en barricas.

Por último, la ley establece que un vino Viejo necesita haber envejecido un mínimo de 36 meses.

Por todo lo anterior, los amantes del vino, en vez de comprar un vino Reserva, buscan unas características concretas en la añada o en la edad de la barrica según sus gustos, porque una madera nueva aporta mucho más sabor a roble que una vieja aunque el líquido haya permanecido algún mes menos en la barrica. Nuestro consejo es que degustes las diferentes opciones y elijas el vino que te hace disfrutar de cada momento.

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